abril 23, 2014

23 de Abril





























"La intensidad es propia de la literatura y nos permite diferenciarla de todos los otros modos utilitarios de la palabra. En ella las palabras dejan de ser funcionales, se “olvidan” de ser útiles, se ponen a hacer “otra cosa”, como hacen “otra cosa” los gestos en el teatro o los sonidos en la música y el conjunto genera entonces una fuerza mucho más potente que la suma de palabras que lo constituyen, alcanzando un resultado que aprovecha de un modo misterioso las cualidades de cada una de las piezas que lo componen. Por eso cada buen texto es un pequeño triunfo sobre lo oscuro, sobre lo plano, lo literal, lo cerrado, lo puramente racional y lo unívoco. Escribir nos enseña que el lenguaje es más grande que nosotros". Maria Teresa Andruetto